Por Kira Maldonado
Parece difícil de creer, que de pronto las mujeres universitarias surjan de todas partes, exigiendo no más acoso, violencia o sexismo dentro de las instituciones académicas, sacando la voz para denunciar a profesores que no logran separar su rol académico de su macho prehistórico.
Si bien las demandas de las estudiantes universitarias ya deberían estar superadas, después de tantas décadas de lucha de mujeres feministas no institucionalizadas, que vienen batallando por el derecho a educarse, a votar, a defender los Derechos Humanos que en nuestro país han estado marcados por saber el paradero de los detenidos desaparecidos, seguimos siendo testigos de feminismos que ponen toda su energía en lograr la igualdad con los hombres. Ser tratadas profesionalmente, por ejemplo, como ellos, que si bien es necesario, no se puede creer que con eso hemos logrado un gran avance, de hecho las mujeres profesionales la mayoría de las veces, para ser consideradas profesionales válidas, deben hacerlo a la manera de los hombres. El éxito se consigue siendo trabajólicas, enérgicas, expertas y competitivas. Es por eso, que el feminismo más revolucionario no está ligado a las instituciones ni a los partidos, porque requiere una reflexión profunda entre mujeres hacia dónde queremos ir.
Llama la atención que los medios de comunicación rotulen a este fenómeno de Revolución Feminista y se nombren como el origen del feminismo en Chile a muchas organizaciones institucionales y que, sin embargo, dejan fuera a cientos de grupos que han hecho un trabajo de toma de conciencia de las mujeres a partir de su experiencia cotidiana con el patriarcado. Si bien el sexismo en las universidades o en la educación en general no es un problema menor, sí es necesario advertir que el feminismo no se queda ahí, su propuesta es mucho más abarcadora y ambiciosa, aspira a recuperar el cuerpo de las mujeres para sí mismas, lograr la autonomía en todos los sentidos como parte de su cotidiano.
El gran valor de las estudiantes universitarias, según mi manera de ver, es su acto de decir NO a la situación en que se ven sometidas, dando una lucha no sólo individual sino solidaria con otras mujeres, que además no se detiene, para ir en busca de su identidad y autonomía. Eso significa que las formas de organización que vayan eligiendo no serán predecibles y es muy sano que así sea.
Imagen Casa central U. de Chile
Kira Maldonado, Feminista Autónoma
Fantastico comentario.estoy muy de acuerdo en que lo valioso de las estudiantes universitarias es decir no más a la situación.a las generaciones anteriores nos decian es de mala educación ventilar ciertos temas o como vemos que al trabajador que exije sus derechos se le cataloga de conflictivo etc. Las universitarias no les interesa quedar bien con nadie y eso es bueno solidarizar ydecir basta a practicas machistas. Un abrazo