Kiero ser honesta, quiero ser Insolente a Mi misma.
Reacciono y he sido Re-accionaria.
He buscado la igualdad y no la diferencia que me haga Pensante.
He gritado “Somos Malas y podemos ser Peores” como un acto reflejo dirigido por un feminismo encapsulado en la lucha emancipatoria.
“La palabra de la insolencia” de A. Franulic, me motivó e incitó a Pensar…
¿Qué es ser Mala? ¿Qué es ser Peor?
Y rápidamente se vienen a mí imágenes de villanas féminas de telenovelas y películas. Observo cómo nos han creado esa “Mala” para reproducir un ideario romántico –donde se enfrentan “la buena y la mala” por el amor… siempre el amor de un hombre.
O acaso ¿existe una maldad femenina independiente de esta cultura patriarcal?
Y pregunto nuevamente ¿qué sentido está detrás del “Malas y Peores”?
Esa maldad de consigna feminista ¿para qué nos sirve?
¿Es realmente la estrategia para el cambio civilizatorio?
Avanzo y cuestiono mis palabras cargadas de Obediencia.
Sin Insolencia.
Hecho un vistazo al reaccionarismo heredado que ha configurado mi trayectoria personal, que se complementa con el activismo social contra la pobreza y la injusticia social, otra herencia del marxismo, socialismo y todos los ismos que me han marcado, creyendo situarme en la vereda del cambio y del progreso social.
Por eso hago desde acá mi propia crítica.
¡Me niego a No hacerla!
He tenido en estas semanas, últimas dos semanas un despertar.
Una posibilidad de cambio civilizatorio
Y descubro la posibilidad -¡Sí!- una posibilidad en la que puedo transitar y aproximarme a perder el estancamiento mental o, como dice M. Pisano, “la esclavitud mental” de las mujeres.
Franulic me interpeló profundamente con su alusión al que ser Insolente no consiste en “Gritar el trasnochado somos Malas y podemos ser Peores”, que se mezcla con el manoseado “Pueblo unido jamás será vencido” y las abultadas consignas patriarcales proletarias de las cuales quiero desprenderme, de forma consciente y expresada.
¡Kiero la Insolencia!, la busco, la necesito.
Kiero un pensamiento autónomo y libre.
Kiero Mi Voz.
Me Kiero desprejuiciada y abortar la Obediencia que cargo.
Y encuentro la posibilidad que me la da la Insolencia y la Rebeldía
De las Mujeres del feminismo radical
Me encuentro en sus pensamientos autónomos que nada temen,
Que nada pretenden para sí mismas como un artefacto de poder y legitimización.
Aprecio profundamente la palabra concreta de su pensamiento que no juega al feminismo ambivalente, relativista y conveniente.
Y vuelvo a la pregunta que me inspira: ¿queremos ser Malas y Peores?
¿Para qué? ¿Para quiénes?
Efectivamente somos malas y podemos ser peores mientras avanzamos en la ruta del patriarcado.
Somos Malas y Peores al travestir el Feminismo, al perder el lugar político,
refundando discursos de producción cultural masculina.
La misoginia contra nosotras por el acceso a un escaño de poder.
¡Claro que somos Malas y Peores!
Sin Palabra, sin Sentido y sin autonomía del Pensar.
Me anima hacerlo distinto.
Me anima y me desafía una Rebeldía Insolente y Pensante.
Bienvenida La insolencia.