Nosotras no olvidamos la libertad que vivimos el 18 de octubre

No olvidamos la sorpresa del encuentro entre “los de arriba y los de abajo”, el saber que no éramos ajenas,

No olvidamos el histórico abrazo solidario de los pueblos, los aplausos y gritos de alegría del territorio, los sacudones que nos daba el corazón porque no estábamos acostumbradas al reencuentro.

Tampoco olvidamos que todo, todo lo pagamos con asesinatos, mutilaciones y agresiones sexuales y raciales.

Éramos todas y todos delincuentes.

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