Algunas Reflexiones sobre Radio Tierra

 

El proyecto de Radio Tierra es indudablemente uno de los logros más importantes del movimiento feminista chileno en los últimos años. Ante la crisis que enfrentan actualmente Radio Tierra y La Morada, consideramos una responsabilidad explicitar nuestra visión del proyecto hoy día, de la misma manera que nos parece necesario recordar cómo y quiénes hicieron posible que este proyecto exista y sobre todo los objetivos en que estaba inspirado.

Cabe recordar que Feministas Autónomas fuimos invitadas a participar en el Consejo de Radio Tierra porque en Santiago somos el único grupo del movimiento feminista organizado políticamente, esto es innegable. Nuestra participación en el Consejo y las críticas y observaciones que hacemos tienen el sentido de aportar a la continuidad del proyecto original del movimiento feminista y sobre todo de ir desarrollando y recuperando una propuesta coherente con los objetivos iniciales. Radio Tierra formalmente “pertenece” a tres personas: Margarita Pisano, Raquel Olea y Vicky Quevedo, de las cuales sólo Margarita Pisano (también fundadora del feministas autónomas) estuvo en el proceso de gestación y negociación del proyecto, una razón más para sentir que nuestra presencia allí es políticamente necesaria e ineludible.

Para esclarecer nuestra posición nos parece importante refrescar algunas memorias trayendo al presente aspectos fundamentales del proyecto original. Radio Tierra se planteaba como un instrumento comunicacional que abriría un espacio a los movimientos sociales, sus proyectos y utopías de futuro, entre ellos fundamentalmente al movimiento de mujeres y feminista.

Otro elemento que nos parece relevante es que se pretendía que desde allí se pondría en lo público el discurso feminista (no limitado a temas de mujeres) y sobre todo el cuestionamiento al sistema de valores patriarcales que, considerábamos, trascendían la dictadura. Radio Tierra de los 90 efectivamente ha abierto espacios a grupos alternativos y sociales (Radio Umbral, Creciendo Juntas, Kerruf Negentun, Triángulo Abierto, Edad de Mayoría) que de alguna manera tienen una presencia en las preocupaciones de este medio. Sin embargo estos espacios, o son pagados (a precios módico algunos) o se emiten en días y horas que no “interfieren” el perfil que la dirección tiene como objetivo.

Cabe decir que estos programas existen debido a que justifican en alguna medida el objetivo original de la radio que era abrir espacio a las organizaciones sociales, es decir, el financiamiento externo está condicionado a la existencia de programas como éstos. Sin embargo, el financiamiento del proyecto se termina en 3 años más de manera definitiva, por lo cual si el directorio de la radio no tiene una política coherente con el proyecto original estos espacios corren el riesgo de desaparecer.

Durante la corta permanencia en el Consejo hemos intervenido permanentemente en el sentido de dejar en claro la necesidad de que la radio desarrolle una política tendiente a visibilizar “el otro Chile”. Hemos criticado con argumentos sólidos la importancia que se le da al discurso oficial, aunque sea con la “intención” de criticarlo, lo que es más de lo mismo. Nos parece que los espacios que constituyen el fuerte y le dan el perfil al discurso radial no se diferencian mayormente de lo que es posible escuchar todos los días en otros medios de comunicación: la misma “gente”, esto es la clase política auto-referida o el “jet set cultural”. El otro Chile, si tiene teléfono, sólo “posee” un micrófono abierto y tres minutos para patalear.

Un ejemplo de esto es el programa de Carolina Rossetti y Faride Zerán por el cual han pasado todas las estrellas y estrellitas de la clase política y cultural chilena. Edda Gaviola, Sandra Palestro y Eliana Largo no fueron dignas de tan digno espacio, a pesar de haber publicado un libro que recupera la memoria histórica del movimiento de mujeres en Chile.

Tampoco es digna de tan digno espacio Margarita Pisano, una de las dirigentas históricas e innegable líder del feminismo en Chile la cual fue invitada a hablar sobre… la menopausia y cuyo programa “El Balcón del Asombro” fue suspendido simplemente porque fue considerado “poco radial”. La dimensión del sinsentido la da además el hecho que sin la tozudez de Margarita Pisano Radio Tierra no existiría hoy. Este proyecto fue en gran medida gestionado por ella y los objetivos definidos en la época, en cuyo diseño y escritura participamos a lo menos 3 de las actuales integrantes del movimiento feminista autónomo, están en grave peligro de sucumbir.

Otro hecho que nos parece insólito es que cuando Radio Tierra presenta el elenco que constituye el nuevo periódico de mujeres Puntada con Hilo, omita el nombre de Mariela Rivera, fotógrafa de la revista, integrante de Feministas Autónomas. Pero no es algo personal, aunque lo personal también es político. El alineamiento político de Radio Tierra se hizo evidente cuando ésta opta por cubrir el evento de Mar del Plata y no tiene plata para cubrir el 3er Foro Nacional Feminista que realizan las mujeres de Coronel y al que asistieron aproximadamente 100 mujeres de Santiago, Valparaíso y la VIII Región. Afortunadamente, logramos romper el cerco de la invisibilidad, la prensa local cubrió el evento (radio, TV), también lo hicieron las revistas Punto Final y Puntada con Hilo, ésta última es un periódico de mujeres.

Hace poco tiempo la dirección de Radio Tierra conjuntamente con otras ONGs y dos parlamentarias de la Concertación se concertaron para lanzar una campaña en pro del “una” ley de divorcio para Chile. Con bombos y platillos durante aproximadamente 5 meses llevaron la campaña de recolección de firmas, que culminaría con la presentación de un supuesto proyecto de ley previo al 18 de septiembre de este año. Poco antes de la fecha fatídica la dirección de la Radio se encuentra en una difícil situación y así lo plantea en el Consejo: las parlamentarias no presentarán nada por razones de política partidaria. La dirección de la Radio considera necesario terminar la campaña con alguna dignidad y le pide al Consejo consejo. Nosotras manifestamos que no estábamos de acuerdo con la campaña por la falta de contenidos y que nos parecía que una buena manera de terminarla era evidenciando públicamente la falta de compromiso de dichas parlamentarias. Con sorpresa nos enteramos que Radio Tierra cierra la campaña con los mismos bombos y platillos, aunque un poco menos musicales, sin explicitar nada.

Todos estos hechos y otros como la ausencia de Radio Tierra en la marcha de las mujeres de la zona sur y en el lanzamiento de la Agenda de la Mujer nos llevan a poner en discusión el rol de Radio Tierra en tanto un medio que nace desde el movimiento feminista con objetivos claros respecto a la autonomía y al protagonismo de las mujeres como movimiento social.

Por el momento no hemos querido inmiscuirnos en la gestión económica y administrativa del proyecto (aunque tenemos alguna información sobre disparidades inconcebibles de sueldos y una sobredimensión del aparato directivo), en parte por no haber sido informadas oficialmente en el Consejo y en parte porque en la medida que las propias trabajadoras de la Radio no han explicitado disconformidad no nos parece que sea oportuno ni útil a la discusión de este proyecto comunicacional con el cual aún creemos tener vínculos políticos.

Edda Gaviola, Sandra Lidid

Delegadas de Feministas Autónomas al Consejo de Radio Tierra

 

 
 

 

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