Marcela Acuña Fríes, luchadora de las causas justas, mujer solidaria, una de las fundadoras del feminismo autónomo y una de las precursoras de la lucha por la preservación de la naturaleza en Chile.
Militante del Mir, se exilia en distintos países de Latinoamérica, los que van cayendo en manos del fascismo. Marcela logra escapar con las justas y luego se radica en España, desde donde regresa al territorio a fines de los 80. Acá ella se incorpora a la lucha final contra la dictadura y a la construcción de una prometida democracia. Marcela es una de las feministas que rápidamente entiende que la institucionalidad traicionaría a quienes habían derrotado a la dictadura. Entonces, desde los márgenes, Marcela participa en la fundación del feminismo autónomo y en el incipiente movimiento ecologista en la lucha en contra de Alumisa y, posteriormente, contra HidroAysén.
Este es un pequeño y parcial recuento acerca de Marcela, amiga, compañera. Solo un par de recuerdos más personales:
Una vez fuimos a un homenaje a Lumi Videla, al costado de la Embajada de Italia en el lugar desde donde su cadáver fue arrojado por los asesinos. No éramos muchas personas, entre ellas se encontraba un ex mirista que ambas conocíamos y que, en el momento, ejercía de Ministro de Economía de la Concertraición. Ambas estábamos asombradas por la presencia de este personaje. Marcela se acercó a él y, sin hacer escándalo, pero clarito como el agua, le dijo sus palabras. Así era ella, mujer decidida.
En otra ocasión, fuimos juntas a una de las marchas por el agua, una gran marcha. Caminamos desde plaza Dignidad hasta la calle Portugal. Marcela me dijo, “sentémonos aquí, negrita”. Nos sentamos en un bandejón de cemento. Allí nos quedamos y gritamos, cantamos y aplaudimos.
Son muchos los recuerdos, muchos los momentos, muchas las discusiones, rabietas, comidas, traguitos, risas y también algunas lágrimas compartidas.
Sandra.
Otoño, 2020
Violeta Parra, “Ayúdame Valentina”.