Un hombre no puede siquiera imaginar lo que es estar embarazada y no querer; no puede saber lo que es no dormir en la noche deseando que te llegue la menstruación; lo que es ir a un lugar sucio, casi deshabitado, y esperar.
Un hombre nunca estará allí sentado, sabiendo que se te puede ir la vida, y esperar.
Nunca sabrá de preguntas como: con anestesia o no.
No sabrá jamás lo que es sentarse en una banca junto a otras mujeres y esperar.
Un hombre no podrá entender que por una infección urinaria te dicen que no se puede; entonces partes a otro lugar donde no dices lo de la infección urinaria y entonces sí se puede.
Un hombre no sabrá nunca lo que es llegar a un hospital sangrando y que otra mujer te diga,
aguanta ahora, ¿no te gustó?
Nunca va a saber lo que es ver pasar los días y tú sin dinero para pagar.
Y buscar, preguntar, humillarte o mentir para liberarte.
Abortar sola, con 2, 3, 4 o más meses, pero abortar.
Un hombre no puede saber lo que es necesitar abortar.
Un hombre no sabrá jamás lo que es recibir tu propio aborto en tus manos y echarlo por el WC.
Y aunque se vista de mujer, se ría como mujer, camine como mujer, diga que es mujer.
Un hombre no puede saber, entonces no puede opinar sobre lo que no sabe.
S. Lidid. 06/06/2016